Título: Los 3 suicidios de Marcos Ruiz
Autor: Julio Marín García
Editorial: SoldeSol
Edición: Tapa Blanda
Edición: Tapa Blanda
¿Si pudieras dar un paso atrás cambiarías algo de tu vida? ¿Si hubieras hecho algo malo, tan malo, que pudiera repercutir en que una persona quisiera quitarse la vida, podrías dormir por la noche?
«–Marcos, deja de jugar –dijo la voz de Sarita».
Opinión Personal
Aquí vengo con una nueva reseña tras el enorme parón forzoso (universidad :'( ); pero vuelvo pisando fuerte y no es para menos con esta novela porque, si vais a leerla, será mejor que sentéis vuestras posaderas en el sofá o la cama porque corréis el riesgo de caeros de culo; aunque no lo hagáis sin tener el bol de palomitas porque es mejor que cualquier película. Aunque pensándolo bien, olvidad las palomitas porque os vais a quedar con la boca tan abierta que no vais a poder comerlas.
El comienzo del libro no se anda por las ramas, sumerge al lector de lleno en la historia, sin unos preliminares, muy a lo bestia. Para que me entendáis, es como aprender a montar en bici sin pasar por lo ruedines.
Y diréis, ¿para qué va a dar vueltas la novela si ya las estás dando tú en la reseña? Pero es que no sé bien por donde empezar. La historia se divide en tres partes, correspondientes a cada uno de los suicidios de Marcos, (quién me cayó fatal desde la primera línea porque es un niñato incapaz de responsabilizarse de la consecuencia de sus actos, y que se limita a culpabilizar a todos cuantos le rodean. Pero, Cris ¿un prota que cae mal? Sí, y es uno de los atractivos de esta obra) entre los cuales se intercala la historia de tres misteriosas mujeres de ojos verdes; historia que el autor irá desgranando a lo largo de las 236 páginas para descubrir quiénes son cada una de ellas.
La primera parte, que como ya he dicho se corresponde con el primer suicidio, nos mete en harina, a bocajarro, en la vida de Marcos, en apariencia idílica, hasta que acontece algo que marca su presente y su futuro, seguido de una tragedia que termina de trastocarle. Durante esta primera parte, el autor, sin preambulos, nos presenta a un adolescente, como ya he dicho, inmaduro e incapaz de asumir las consecuencias de sus actos y termina con el primer suicidio de Marcos.
La segunda parte, segundo suicidio, es todo bastante caótico. Me explico, el autor emplea una estructura narrativa desorganizada y desestructurada en apariencia, logrando que el lector vivencie el desasosiego y desconcierto que el protagonista experimentó en esa parte de la historia, pero del cual solo se obtiene explicación en la siguiente parte. Un trato magistral de la palabra escrita y, así mismo, muy arriesgada, pues el escritor se arriesga a perder el interés del lector puesto que, al menos para mí, ha sido la parte más difícil de la lectura; no llega a ser tediosa, pero sí parece perder calidad literaria por las desorganización y desestructuración antes mentadas. Sin embargo, todo esto se ve compensado en la última parte, donde todo cobra sentido; incluso ese sentimiento de que la novela ha perdido sentido casi rozando el absurdo.
El tercer suicidio, o tercera parte, es el colofón de la novela sin lugar a dudas; donde todo cobra sentido, dónde la historia por fin se quita la mascara para mostrar su verdadera esencia rompiéndote todos los esquemas. Por fin, se desvelan las identidades de las tres mujeres de ojos verdes y el lector se da cuenta que los hilos, que durante la novela parecían estar sueltos, se encuentran diestramente entretejidos creando un tapiz sorprendente que, os prometo, no os dejará indiferentes.
En cuanto a los aspectos formales de la obra, el lenguaje empleado por Julio es coloquial e informal, lo cual, junto con el narrador en primera persona, da una sensación de cercanía con el personaje central de la obra. Además, si Espronceda empleaba los adjetivos cuál pintor usa sus acuarelas para crear escenarios sobrecogedores que transmitiesen al lector más que el texto en su conjunto; Julio utiliza las descripciones de tal forma que poco o nada tienen que envidiar al escritor romántico español. Una narración circular perfecta y desconcertante que mantiene al lector pegado a las palabras de principio a fin.
Julio, no me cabe duda que llegarás lejos; estoy impaciente por leer tu próxima obra.
El comienzo del libro no se anda por las ramas, sumerge al lector de lleno en la historia, sin unos preliminares, muy a lo bestia. Para que me entendáis, es como aprender a montar en bici sin pasar por lo ruedines.
Y diréis, ¿para qué va a dar vueltas la novela si ya las estás dando tú en la reseña? Pero es que no sé bien por donde empezar. La historia se divide en tres partes, correspondientes a cada uno de los suicidios de Marcos, (quién me cayó fatal desde la primera línea porque es un niñato incapaz de responsabilizarse de la consecuencia de sus actos, y que se limita a culpabilizar a todos cuantos le rodean. Pero, Cris ¿un prota que cae mal? Sí, y es uno de los atractivos de esta obra) entre los cuales se intercala la historia de tres misteriosas mujeres de ojos verdes; historia que el autor irá desgranando a lo largo de las 236 páginas para descubrir quiénes son cada una de ellas.
La primera parte, que como ya he dicho se corresponde con el primer suicidio, nos mete en harina, a bocajarro, en la vida de Marcos, en apariencia idílica, hasta que acontece algo que marca su presente y su futuro, seguido de una tragedia que termina de trastocarle. Durante esta primera parte, el autor, sin preambulos, nos presenta a un adolescente, como ya he dicho, inmaduro e incapaz de asumir las consecuencias de sus actos y termina con el primer suicidio de Marcos.
La segunda parte, segundo suicidio, es todo bastante caótico. Me explico, el autor emplea una estructura narrativa desorganizada y desestructurada en apariencia, logrando que el lector vivencie el desasosiego y desconcierto que el protagonista experimentó en esa parte de la historia, pero del cual solo se obtiene explicación en la siguiente parte. Un trato magistral de la palabra escrita y, así mismo, muy arriesgada, pues el escritor se arriesga a perder el interés del lector puesto que, al menos para mí, ha sido la parte más difícil de la lectura; no llega a ser tediosa, pero sí parece perder calidad literaria por las desorganización y desestructuración antes mentadas. Sin embargo, todo esto se ve compensado en la última parte, donde todo cobra sentido; incluso ese sentimiento de que la novela ha perdido sentido casi rozando el absurdo.
El tercer suicidio, o tercera parte, es el colofón de la novela sin lugar a dudas; donde todo cobra sentido, dónde la historia por fin se quita la mascara para mostrar su verdadera esencia rompiéndote todos los esquemas. Por fin, se desvelan las identidades de las tres mujeres de ojos verdes y el lector se da cuenta que los hilos, que durante la novela parecían estar sueltos, se encuentran diestramente entretejidos creando un tapiz sorprendente que, os prometo, no os dejará indiferentes.
En cuanto a los aspectos formales de la obra, el lenguaje empleado por Julio es coloquial e informal, lo cual, junto con el narrador en primera persona, da una sensación de cercanía con el personaje central de la obra. Además, si Espronceda empleaba los adjetivos cuál pintor usa sus acuarelas para crear escenarios sobrecogedores que transmitiesen al lector más que el texto en su conjunto; Julio utiliza las descripciones de tal forma que poco o nada tienen que envidiar al escritor romántico español. Una narración circular perfecta y desconcertante que mantiene al lector pegado a las palabras de principio a fin.
Julio, no me cabe duda que llegarás lejos; estoy impaciente por leer tu próxima obra.
Calificación
Por fin leo la reseña. Holaa!!!
ResponderEliminarHe de decir que me ha encandilado tu reseña. Lo pintas mucho mejor que yo, y sinceramente, porque ya he leído el libro; si no me lo hubiese puesto a leer ahora mismo. Creo que he aprendido mucho con tu reseña, y lo emplearé para mis próximas reseñas más negativas. Un besazo guapa.
Muchas gracias por pasarte Bea, la verdad es que debatiendo contigo vi puntos de vista de la novela que no me había parado a contemplar. Ha sido muy enriquecedor ^_^
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